Principio de la Alegría
La alegría es el estado de regocijo interior que nos hace sentir vivos
y equilibrados; es una excitación que produce placer y felicidad y es un
sentimiento grato que nos obliga a ver el lado risueño y gracioso de las cosas.
Es una emoción expansiva que se necesita expresar y compartir con los demás.
En estos tiempos, encontrar una persona alegre por nada, dispuesta a
sonreír a la gente, a esparcir buena onda y a sembrar optimismo, no es cosa
fácil, en un mundo donde proliferan las caras largas de tanta gente depresiva y
amargada que se complace en quejarse de todo y que se pasa gran parte de la
vida presagiando fracasos y catástrofes.
Sin embargo, puede ocurrir que entre esa masa doliente que no es capaz
de ver el lado bueno que tienen todas las cosas, aparezca alguien como surgido
de otra dimensión, que se atreva a ser optimista y positivo aún en los peores
momentos.
Es en ese instante en que podemos reconciliarnos con la vida y comenzar
a respirar el aire fresco de la esperanza, que es la que nos permite vislumbrar
el horizonte impidiéndonos bajar los brazos.
La alegría se contagia y le devuelve a la gente el entusiasmo y las
ganas de vivir, pero todavía hay tan pocos referentes que logran desplazar a
los que nada esperan y que solo se quejan, que sigue venciendo la mala onda de
la gente que vive aferrada al instinto de muerte.
Son demasiadas las cosas que hacen que la mayoría esté de mal humor,
pero desde que el mundo existe han habido calamidades, principalmente por la
conducta de los seres humanos; sin embargo también el hombre tiene la capacidad
para estar alegres aún cuando sus circunstancias no sean las mejores; porque la
alegría es una actitud, una predisposición a aceptar la realidad como es y
entregarse a ella sin ponerse a la defensiva y necesariamente intentar
cambiarla.
La queja no es privativa de los menesterosos, más bien predomina entre
los que más tienen, que nunca están conformes y necesitan más cosas, creyendo
erróneamente que teniéndolo todo podrán ser más felices.
La realidad se puede ver desde distintos ángulos y cada uno de ellos
nos mostrará una cosa distinta. Si pudiéramos enfocar el aspecto verdadero que
tienen todas las cosas, podríamos reírnos más seguido, principalmente de
nosotros mismos cuando pretendemos aferrarnos a puras ilusiones que nos impiden
pasarla bien y divertirnos.
La alegría no se agota aunque se malgaste, al contrario se convierte en
una inagotable fuente de buen humor que contribuye a hacernos más felices, y en
el mejor de los casos hasta puede llegar a convertirse en un hábito.
Profesionales dedicados al estudio de la salud emocional se reunieron
en Helsinki (Finlandia) y en Buenos Aires, para debatir este tema en función a
sus investigaciones, y llegaron a la conclusión de que cuanta más alegría se
gasta más rápidamente aumenta el caudal de buenas ondas que repercute en los
demás.
Este fenómeno se produce aún en contextos muy diferentes con
condiciones culturales y económicas muy disímiles.
Estos resultados fueron sorprendentes porque cada equipo de trabajo
investigó por su cuenta sin conocer el trabajo que hacía el otro.
Es importante distinguir entre la falsa alegría, que es la grotesca y
del mal gusto, y la genuina, que es la espontánea, que es la que surge desde
adentro con el solo propósito del buen vivir.
La alegría es como un puente fácil de atravesar, porque hasta el que se
encuentra más deprimido puede cruzarlo y contagiarse y decidir en un solo
instante cambiar su estado de ánimo y elegir ser una persona alegre para
siempre.
La alegría libera para hacer cualquier cosa, nos permite volar con la
imaginación e inventar cosas nuevas, atrae a la gente, abre puertas, disuelve
rencores y resentimientos, permite olvidar las penas y minimizar las
adversidades.
Hay poca alegría porque nadie se atreve a cultivarla y porque no tiene
tanto prestigio como los dramas, porque los asuntos serios parecen ser en este
mundo lo más importante.
Sin embargo, la alegría acelera los procesos de curación, cicatriza más
rápido las heridas, mejora las relaciones, favorece los vínculos, nos hace
felices y nos permite ver el lado bueno que tienen todas las cosas.
Asi el principio psicopedagogico de alegria motiva al desarrollo de
actividades fisicas en el ambito motrtiz; ya que este se vincula con el
estimulo necesario para la actividad motriz necesaria para cualquier ser vivo.
Muchas gracias! me ayudo para mi tarea!
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