domingo, 10 de marzo de 2013

Principio de Cooperación


Principio de Cooperación

A partir de las primeras tareas en grupo que realiza la clase, deben incorporarse paulatinamente formas de trabajo grupal cada vez más complejas que lleven poco a poco a la formación de verdaderos equipos de trabajo.
En las tareas grupales hay una parcial transferencia del papel dirigente que cumple el maestro, hacia los alumnos; para ello, deberá ponerse en juego el sentido de responsabilidad, a través de una alternancia de papeles como ejecutante, ayudante y cuidador, tratando que los liderazgos sean distributivos de acuerdo con la capacidad todos los alumnos, quienes deben preservar la seguridad de sus compañeros.
El libre juego de las posibilidades individuales, debe encontrar en este tipo de tareas su mejor manifestación, y el resultado pasa a ser entonces, la demostración de una tarea compartida en la que cada uno aporta lo mejor de sí. Esto sólo se resuelve por medio de una autonomía cada vez mayor, en donde las zonas de libertad se van ampliando paulatinamente.
Uno de los problemas que debe manejar cuidadosamente el maestro es el de la conformación y permanencia de grupos fijos; es recomendable que los grupos no permanezcan invariables durante periodos largos.
Otro aspecto importante en la dirección de las tareas grupales, es el del liderazgo; la variación de tareas y actividades debe permitir que exista una rotación en la conducción o responsabilidad de conducción de cada grupo. Hay alumnos que tienen mejores condiciones para la conducción, pero no siempre aquellos que aparecen inicialmente más decididos o influyentes son los más responsables; todos deben tener opciones de conducir al grupo. Pero éste es también un proceso que el maestro debe manejar cuidadosamente a fin de no provocar frustraciones al asignar una responsabilidad determinada a alumnos que todavía no pueden cumplirla; debe evitar dar relevancia siempre a los mismos alumnos o grupos que se destaquen, puesto que la capacidad individual y grupal no se mide sólo por el resultado final, sino por el aprovechamiento dentro del proceso de trabajo desarrollado de acuerdo a sus posibilidades.
En el trabajo grupal, se brindan oportunidades de interacción y relación entre los varones y las mujeres, por lo cual, en la conformación de grupos debe tenerse muy en cuenta este factor.
Finalmente, los alumnos con limitaciones —permanentes o temporales— para realizar actividad física, deben tener la oportunidad de participar en las tareas grupales.
En cada una de las etapas del desarrollo en la adolescencia y en la juventud, el grupo escolar y el tipo de relaciones que en él se dan, conforman un punto de referencia fundamental en el desenvolvimiento de la socialización.
Las características de los compañeros y de los pequeños grupos, las relaciones de amistad, así como los conflictos que ocurren, son vivencias muy importantes que dejan huellas profundas en tos jóvenes. Toda su sensibilidad, sus intereses y afectos, y también sus contradicciones, entran en este juego.
El maestro debe encauzar y crear un clima tal, que todas estas vivencias adquieran un sentido formativo. Ese ambiente creado mostrará la altura a la cual pueden elevarse la sensibilidad en formación, el aprender a ponerse en el lugar del compañero, el unirse para resolver conjuntamente un problema, el discutir y manifestarse cada uno en sus auténticas posibilidades. Todas las tareas que se realicen, todas las habilidades que se desarrollen, todas las técnicas que se aprendan, para tener realmente un sentido educativo, deben llevar la finalidad de alcanzar estos logros.

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